ES NECESARIO MEDIR NUESTRAS PALABRAS

Unas pocas palabras pueden hacer la diferencia

Bueno y/ Malo 

De nuestra boca sale bendición y maldición 

“Eres igual que tu padre del cual ya me imagino, traga hoy, ociosa, no vales para nada, no se para que te tuve, acaso no puedes hacer nada bien?”

Qué cuesta decir:“¡Bien hecho, te felicito, lo vas a lograr!”

Palabras que van perfilando la identidad

Muchas veces no se recuerda el valor de los obsequios, pero hay palabras que no se olvidan fácilmente, se recuerdan toda la vida

 No olvides esta palabra: Todo lo que se siembra se, cosecha.

Cuantas veces bajo los efectos del enojo, o el cansancio, lanzamos expresiones hirientes como:

 “¡No sabes hacer nada!” Estas palabras, para los adultos, no son más que expresiones de enojo o frustración,  

PERO PARA SUS HIJOS: son un recuerdo perenne de la desaprobación de sus padres, de sentirse ridiculizado por aquellos a quienes tanto ama y crecen as

AHORA REPASEMOS NUESTRO DIARIO VIVIR

El día puede iniciar de la siguiente manera: A veces obligados a preparar el desayuno, obligados a trabajar, preocupados; lo cual trae como consecuencia: enojo, prisa, cansancio, rencor, envidia ira, desbordando en decir cosas sin sentido que lastiman a quienes amamos.Más de una vez ha sucedido con nuestra propia familia; ya sea con el esposo, la esposa, el hijo, la hija.

Todo puede cambiar, atrévete.

La auto estima dice del mucho o poco aprecio que se tienen

La apariencia física, inteligencia, comportamiento, y habilidades comienza a desarrollarse en  el niño a muy temprana edad.

El pincel más hábil para forjar una buena o baja autoestima son las palabras.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca 

UNA PALABRA:

Tiene la habilidad de calar profundamente en las emociones,

 Crea imágenes que refuerzan o lastiman el amor propio.

Es importante ayudar a los hijos a ser capaces de percibir más allá de su aspecto físico o sus logros académicos.

¿QUÉ HACEMOS?

COMUNICACIÓN NEGATIVA 

¿Proporcionando un ambiente familiar lleno de pleitos, alcoholismo, gritos, malos ejemplos, etc.

¿Agrediendo física, verbal y psicológicamente al niño.

¿Negándoles tiempo para hablar con él o ella. ¿Haciendo promesas que no se cumplen.

¿Culpándolo de su comportamiento sin analizar las razones que lo llevaron a ello.

La forma de expresión, las palabras que se empleen y el tono de voz que se use determinará la percepción que el niño tenga del mensaje y valor que se otorgue como persona.

COMUNICACIÓN POSITIVA

Los padres:

Se muestran abiertos para que el hijo o hija exprese libremente pensamientos y sentimientos.
Controlan el enojo y la ira ante las faltas cometidas por el niño.
Utilizan correctamente el nombre de cada hijo evitando apelativos hirientes.
Garantizan que cada hijo será escuchado en el planteamiento de su defensa.
Analizan las razones que motivaron un comportamiento incorrecto, y buscan juntos la solución al problema.
Aseguran el diálogo permanente con sus hijos.

Expresan afecto a sus hijos, con abrazos, caricias y halagos sinceros

RECUERDOS NEGATIVOS:

“Me gritan sin razón alguna. Dicen que mi opinión no es importante. Constantemente señalan mis debilidades y fallas”. “Nunca me dicen te amo, ni me demuestran afecto. Nunca me dan las gracias cuando hago un favor”.

“Me regañan. No me consideran como una persona que siente, piensa y tiene criterio propio. Solo ven mis errores, no valoran mis logros”. “Me ridiculizan delante de mis amigos y eso me duele mucho”. “Me creen incapaz…Me dicen que soy un fracaso y ya he llegado a creerlo

Es posible revertir el daño causado, tomando conciencia de las actitudes negativas, modificando las reacciones y pidiendo perdón.

RECUERDOS POSITIVOS

“Saben admitir cuando se equivocan y suelen decir, lo siento”. “Siento que mis padres me aman ellos también se aman”. “Son amigos de mis amigos”.  “Me ayudan a pensar cuando debo tomar decisiones”. “Me hablan abiertamente acerca de mi sexualidad y me han ayudado a establecer límites al respecto”. “Mis padres han sido un buen ejemplo para mí”.

Las palabras positivas producen aceptación, valor, desarrollan confianza, elevan la estima, forjan un carácter afable y marcan un destino prometedor